





El paso del tiempo es inclemente y afecta de forma inesperada, en el caso de mis abuelos fue evidente en la formación de lagunas y vacíos mentales en donde los recuerdos son inaccesibles, la memoria es afectada y la consciencia se desvanece. Con el nacimiento de mi hijo reflexiono sobre diversos aspectos de la fragilidad de la memoria. La construcción de la memoria para uno, puede representar el desvanecimiento de la memoria de otro. Esta serie es una búsqueda íntima para el reencuentro con la memoria, partiendo del espacio donde mis abuelos levantaron su hogar. Jeremías y Ema se conocieron en Monagrillo, un pequeño y tranquilo pueblo en el interior de Panamá. El 6 de marzo de 1948 se casaron por la iglesia, y establecidos en la ciudad de Panamá, tuvieron una familia de 3 hijas, 2 nietas y 6 nietos. 13L es el número de la casa donde vivieron desde 1969, un espacio cálido y agradable, siempre abierto para recibir visitas y ser el punto de encuentro para amistades y familiares.